La vitamina A es un nutriente clave para el cuidado de la piel, y durante el embarazo su uso continúa siendo seguro y eficaz.
Al aplicarse de forma tópica, queda retenida en las capas superficiales de la piel y no representa riesgos para el desarrollo del bebé, ya que los humanos no tenemos los sistemas enzimáticos necesarios para transportar vitamina A de la piel al flujo sanguíneo.
Durante el embarazo, la piel puede volverse más sensible debido a cambios hormonales, lo que puede afectar su reacción a productos habituales. Por esta razón, se sugiere ajustar la concentración de vitamina A en el cuidado diario.
Disminuir su nivel o incluso hacer una pausa en el uso de esta vitamina durante el primer trimestre puede evitar posibles irritaciones en pieles que se tornan temporalmente reactivas.

Cambios naturales en la piel
Para quienes deseen continuar con la vitamina A después de haber pausado su aplicación, debe reanudarla con una dosis baja. Esto permite que la piel se adapte gradualmente a los beneficios de la vitamina sin causar molestias, ayudando a mantener su luminosidad, firmeza y sin comprometer su bienestar.
El embarazo provoca diversos cambios naturales en la piel, y ajustar el cuidado ayuda a mantenerla en óptimas condiciones.
A través de estos simples pasos, es posible disfrutar de una piel radiante y sana durante toda la gestación.